viernes, 16 de marzo de 2018

LA DETERMINACION

Debemos aprovechar este momento ya que el tiempo pasa ...

En esencia, para dirigir nuestras propias vidas debemos hacernos cargo del control de nuestras acciones ya que lo que configura nuestra vida no es lo que hacemos "de vez en cuando", sino lo que hacemos de forma consistente, constante, vale decir, LA ACCIÓN.
En donde la esencia de la acción es el poder de la determinación.
Entonces si no tomamos HOY las decisiones, sin quererlo ya hemos tomado de algún modo una decisión negativa: es decir, la decisión de dejarnos dirigir por las circunstancias en lugar de configurar nuestro destino.
La vida cambia en el mismo instante en que tomamos una decisión nueva, congruente y comprometida: en donde se marca la diferencia entre "lo que me gustaría" y "lo que realmente estoy dispuesto a hacer para llevar a cabo ese cambio"

Inicialmente, no es tan importante saber CÓMO vamos a poder alcanzar un resultado:

LO IMPORTANTE CONSISTE EN DECIDIR QUE ENCONTRAREMOS UN CAMINO A TRAVÉS DE LA PRÁCTICA.
Tomar una verdadera decisión significa ...
DESCARTAR CUALQUIER OTRA POSIBILIDAD.
Es decir que requiere comprometerse en lograr un resultado, un objetivo, y descartar cualquier otra posibilidad que no sea ésa.

Existe un posible impedimento para ejercer este poder infinito de la decisión: y es que debemos superar nuestro temor a equivocarnos.
Sin duda que nos equivocaremos.... pero tendremos que aprender a superarlo esforzándonos por aprender de nuestros errores y hacer surgir nuestra sabiduría en lugar de autoflagelarnos.
Es bueno, recordar que un retraso en el logro de nuestro objetivo... no implica un fracaso: lo que parece imposible a corto plazo, finalmente se logra si se persiste en ello.
Vale decir que para triunfar debemos pensar de forma consistente a largo plazo.
Los altibajos o "rachas" no son más que etapas comparables a los cambios estacionales:
Ninguna estación dura eternamente sino que toda la vida es un ciclo de siembra, maduración, descanso y renovación.
Nunca he visto u oído que el invierno retroceda y se convierta en otoño". Parece una sencilla frase que enuncia algo obvio pero, en realidad, está sometiendo a prueba nuestra convicción al igual que sabemos que luego del invierno viene la primavera,
Son nuestras decisiones, y no nuestras circunstancias, las que determinan nuestro propio destino.
Una decisión verdaderamente comprometida es la fuerza que cambia nuestras vidas. Y se trata de un poder que tenemos a nuestra disposición en cualquier momento,
¡siempre y cuando "decidamos" utilizarlo!

martes, 13 de marzo de 2018

Las piedras que cubren el pavimento...

Cuando nos sentimos habitualmente deprimidos, impotentes o  inútiles, es como si un gran letargo se apoderara de nosotros. Nos sumergimos en un mar de desesperación. Y es mejor quedarse tranquilo que intentar salir adelante.
Las excusas son la razón fundamental de la inacción, son como cuchillos que utilizamos para pinchar los salvavidas que nos tiran los demás, las máscaras con las cuales nos ocultamos, las muletas sobre las que nos apoyamos.
Confiamos en las excusas para evitar los riesgos, para explicar el fracaso, para resistirnos a los cambios, para proteger nuestro amor propio. La excusa es una forma de decir: “No es culpa mía”.
Es curioso, pero la inteligencia no es una defensa contra las excusas. Mis pacientes más brillantes no utilizan necesariamente sus altos coeficientes intelectuales para comprender y resolver sus malos hábitos emocionales. Sólo tienen más imaginación para buscar excusas que les sirvan para seguir con la antigua conducta.
Es cierto que no es fácil abandonar las cómodas coartadas. Cuando temes salir de la cama por la mañana, intentarás miles de razones por las cuales no puedes presentarte a esa entrevista de trabajo o comenzar a buscar un nuevo departamento. La inercia te mantiene en un mar de apatía. La fuerza de la gravedad emocional te obliga a permanecer allí.
Superar la inercia significa ir directamente en contra de tus sentimientos.
Significa que si te sentís rechazado, debes permanecer allí y arriesgarte a que te rechacen de nuevo. Si eres tímido, debes fingir ser más atrevido de lo que eres. Si te sientes impotente, necesitas actuar como si pudieras controlar tu vida. Todo esto es muy difícil.
Sin embargo, si podemos salvar el primer obstáculo y despertar de nuestro letargo, podemos invertir la gravedad emocional. Podemos hacer que funcione a nuestro favor y no en contra. Si nos obligamos, por muy deprimidos que estemos, a ir a una fiesta, es probable que en algún momento nos sorprendamos charlando animadamente y nos olvidemos de nuestra depresión. La sociabilidad desplaza a la tristeza. La mente no puede contener las dos actitudes a la vez, por lo menos no con la misma intensidad. Si nos obligamos a hacer un curso de navegación, o comenzamos a estudiar italiano para hacer un viaje el año próximo, o empezamos a pintar esa horrible cocina marrón, por lo menos durante algunas horas no tendremos tiempo para acordarnos de nuestra negatividad.
Comprometernos, involucrarnos, obligarnos: son los mejores remedios para combatir la parálisis emocional. La naturaleza nos creó para ser criaturas curiosas, inquietas, creativas. El estado de inercia no es el normal. Las excusas nos mantienen inertes. El truco para dejar de poner excusas consiste simplemente en dejar de ponerlas. En establecer un límite.
Dicen que el infierno está empedrado de buenas intenciones: las excusas son las piedras que cubren el pavimento.
Las excusan nos detienen, no nos dejan avanzar. Sin darnos cuenta empezamos a justificarnos, y de excusa en excusa estamos detenidos en la misma estación todo el tiempo. Y por las ventanillas la vida sigue. En cada estación existen momentos nuevos, diferentes, llenos de magia como así también otros que tal vez no nos gustan pero que forman parte de la vida. ¿Y nosotros?
Estamos en el tren de la vida, en el último vagón, no tenemos boleto y es por eso que el viaje no es tan lindo, ¿no vale la pena no?. Viajamos acostados y claro no tiene asientos ese vagón. Estamos encerrados, no se ve nada… y claro no tiene ventanillas y de pronto de excusa en excusa sentimos la sirena del tren que se marcha y ese vagón queda perdido en la vía y ahí en esa oscuridad estamos nosotros… de excusa en excusa seguimos detenidos en un lugar que es siempre el mismo.
…Y si decidimos dejar las excusas de lado y abandonamos ese vagón y corremos aunque nos duelan las piernas hasta la próxima estación, y sacamos el boleto, y nos subimos a ese tren, y nos sentamos cerca de la ventanilla, y giramos la cabeza y vemos que hay un mundo afuera que está esperando que nosotros formemos parte de él…
Vamos… escucho la sirena… en la próxima estación leé el cartel que te da la bienvenida… y detené tu mirada en aquel vagón que dejaste atrás. En él quedaron encerrados miles de momentos que ya no volverán: decile adiós porque algún día vas a comprender que de excusa en excusa se te va la vida.
Lic. Romina Halbwirth
He conocido muchas personas que se preocupan por los otros, que son extremadamente generosas a la hora de dar, y que sienten un profundo placer cuando alguien les pide un consejo o apoyo. Hasta aquí todo bien: es estupendo poder hacer el bien a nuestro prójimo.

En cambio, he conocido a muy pocas personas capaces de recibir algo, aún cuando les sea dado con amor y generosidad. Parece que el acto de recibir hace que se sientan en una posición inferior, como si depender de otro fuese algo indigno. Piensan:"Si alguien nos está dando algo es porque somos incompetentes para conseguirlo con el propio esfuerzo". O si no:"La persona que me da ahora, un día me lo cobrará con intereses". O aún, lo que es peor: "Yo no merezco el bien que me quieren hacer".

¿Por qué actuamos así? Porque nos cuesta entender que este universo está constituido por dos movimientos. El primero es la expansión, rigor, disciplina, conquista; el segundo es la concentración, meditación, entrega. Basta mirar nuestro corazón (y no es por casualidad que el corazón siempre fue considerado como el símbolo de la vida), para comprender que son estas dos energías las que lo hacen latir, contraerse y expandirse al mismo ritmo. Las numerosas estrellas del cielo están emitiendo luz, pero al mismo tiempo están absorbiendo todo a su alrededor, por aquello que es conocido por los físicos como fuerza de la gravedad. Así los actos de dar y recibir, aún cuando sean aparentemente opuestos, forman parte del mismo y continuo movimiento.

No es mejor quien da con generosidad, ni es peor quien recibe con alegría. El amor es, justamente, fruto de estas dos cosas, y una pequeña historia ilustra bien lo que quiero decir:

"Un leñador, acostumbrado al arduo trabajo de derribar árboles, terminó casándose con una mujer que era exactamente su opuesto: delicada, suave, capaz de hacer lindos bordados con sus dedos gentiles. Orgulloso de su esposa, él pasaba todo su tiempo en el bosque, haciendo su trabajo para que nada faltase en su casa.

Vivieron juntos durante muchos años, tuvieron tres hijos que crecieron, estudiaron, se casaron y fueron a vivir a lugares distantes, como suele suceder la mayoría de las veces. La pareja continuaba en la misma cabaña, pero mientras el hombre se sentía cada vez más fuerte por causa de su trabajo, la mujer empezó a debilitarse. Ya no bordaba más, perdió el apetito, no hacía sus caminatas diarias, y vio desaparecer toda la alegría de su vida. Su estado de salud se agravó de tal manera que ya no se levantaba más de la cama.

El marido ya no sabía que hacer. Una noche cuando una fiebre alta hizo que el rostro de su esposa adquiriera una palidez mortal, él tomó con sus manos fuertes los delicados dedos de su esposa y comenzó a llorar:

- ¡No me dejes!-decía sollozando.


La mujer tuvo fuerzas para decir, en medio de los delirios provocados por la fiebre:


-¿Pero por qué lloras?

-¡Porque te necesito!


El brillo de los ojos de la mujer pareció retornar.


¿Y sólo ahora es que me lo dices? Yo pensé que cuando nuestros hijos crecieron y partieron, mi vida había perdido el sentido. ¡Tú siempre has sido tan independiente!.

-Yo tenía vergüenza de recibirlo -dijo el leñador.- Siempre pensé que no merecía todo lo que hacías por mí.

A partir de ese día la mujer volvió a recuperar la salud, volvió a caminar por el bosque y a hacer sus bordados. Su vida había vuelto a tener sentido porque alguien la necesitaba. Alguien era capaz de recibir la mejor cosa que podía dar: su amor.

 

SIETE PALABRAS MÁGICAS..




.1) MUÉVETE


MUEVE TU CASA, TU CAMA, TU CUERPO.
CAMINA, SAL POR LAS MONTAÑAS, SAL DE LA RUTINA DEL TRABAJO, LAS RELACIONES Y LOS PATRONES DE VIDA.
CAMBIA TU PERSPECTIVA.
ACÉRCATE A AQUELLAS PERSONAS CON LAS QUE PUEDAS SER AUTÉNTICO Y NUTRAN TUS SUEÑOS MÁS LOCOS.
NO NECESITAS MOVER MONTAÑAS, TRASLADAR UNA PEQUEÑA PIEDRA PUEDE HACER MARAVILLAS.


2) TOCA


TOCA LAS PARTES QUE AMAS DE TU CUERPO.
DA ABRAZOS EN LA PANADERÍA, EN EL PARQUE, EN LAS PUERTAS DE TODA LA CIUDAD.
BESA A LA GENTE EN LA MEJILLA.
ACARICIA A TU GATO O TU PERRO UN POCO MÁS.
SABOREA LA SENSACIÓN DE UN PAÑUELO DE SEDA, DE UNA PIEZA DE MADERA, DE LAS DIFERENTES TEXTURAS.
EL MUSGO, LAS CORTEZAS, LAS ROCAS Y EL AGUA.
MIENTRAS MÁS LO HAGAS TE SENTIRÁS MÁS A GUSTO CON EL PLACER DE TOCAR.


3) ESCUCHA


SIÉNTATE EN SILENCIO Y OBSERVA CUANTO HAY ALLÍ PARA SER ESCUCHADO.
ESCUCHA A LA GENTE, LO QUE REALMENTE ESTÁN DICIENDO.
ESCUCHA HASTA LA ÚLTIMA NOTA DE CADA CANCIÓN.
ESCUCHA TU VOZ INTERNA, ESA QUE SOLO ESCUCHAS CUANDO LA CONFUSIÓN DE CADA DÍA DISMINUYE.
OYE EL SUSURRO DE LAS HOJAS, EL LLAMADO DE LAS RANAS, EL CRUJIDO DE LA MADERA ARDIENDO EN TU CHIMENEA.
ESCUCHA CON TU CORAZÓN Y SIEMPRE ESCUCHA AQUELLO QUE NUNCA ES HABLADO.


4) SIENTE


EL DOLOR, EXPERIMENTA EL GOZO, HASTA QUE SIENTAS QUE VAS A EVAPORARTE.
PERMÍTETE REÍR HASTA QUE TE DUELA, SIENTE EL AMOR DESDE LO MÁS PROFUNDO DE TU CORAZÓN.
RÍNDETE A LA SENSUALIDAD DE LA VIDA.
ENÓJATE Y EXPRESA TU FURIA, SI ES EL CASO, PERO HAZLO A SOLAS.
SI NO SIENTES DE VERDAD, NO ESTÁS VIVO.


5) CONFÍA

TU SABES LO QUE NECESITAS SABER.
DETÉN TUS DUDAS.
AQUELLA COSQUILLA INTERNA ES TU MÁS ALTA VERDAD Y ELLA TE SERVIRÁ DEL MEJOR MODO.
TE ARREPIENTES CUANDO DESCONOCES O NIEGAS TU INTUICIÓN.
TEN ESTO EN CUENTA: FINALMENTE, TÚ Y SÓLO TÚ SABES LO QUE ES MEJOR PARA TI.
SI CONSUMES, SIN DARTE CUENTA, TODO TU DÍA PINTANDO, ESO ES LO QUE DEBES HACER.
SI TE ENCANTA CAMINAR AL LADO DEL OCÉANO, ENCUENTRA LA FORMA DE LLEGAR ALLÍ.
SI NO CONFÍAS COMPLETAMENTE EN TI, TE CONVIERTES EN MOHO.


6) REÚNETE

CON LOS HOMBRES Y MUJERES QUE AMAS.
TOMA EL TÉ ACOMPAÑADO, CAMINA EN COMPAÑÍA POR EL BOSQUE, CONVERSA Y HABLA, LEE EN VOZ ALTA PARA OTROS.CELEBRA QUE TU CABELLO, TU PIEL, TU CUERPO Y TUS HISTORIAS SON DIFERENTES A LAS DE LOS OTROS Y A SU VEZ SON COMPLETAMENTE PARECIDAS.
COCINA Y COME EN COMPAÑÍA.


7) RECIBE


POR UNA VEZ, DEJA DE DAR Y DAR Y DAR A TODOS MENOS A TI MISMO.
ACEPTA LOS CUMPLIDOS CON GRACIA.
LA VOZ QUE NECESITAS OÍR, EL ABRAZO, ESE MOMENTO PARA CONVERSAR, LA COMIDA EN TU MESA, EL DINERO QUE NECESITAS, SIEMPRE SERÁN SUMINISTRADOS.
ÁBRETE A RECIBIR, ABRE TUS MANOS PARA QUE SEAN LLENADAS CON ABUNDANCIA.
RECIBE TODAS LAS COSAS BUENAS QUE MERECES Y RECUERDA MOSTRAR GRATITUD POR TU VIDA